“Cuidado, señor mío, con los celos;
Es el monstruo de ojos verdes, que se burla
La carne de la que se alimenta. Ese cornudo vive feliz
Quien, seguro de su destino, no ama a su agraviado:
Pero, oh, qué malditos minutos le dicen
¡Quien adora, pero duda, sospecha, pero ama fuertemente!
(Acto 3, escena 3, 165-171) »
William Shakespeare,
Otelo.