“En la amistad … creemos que hemos elegido a nuestros compañeros. En realidad, unos años de diferencia en las fechas de nuestros nacimientos, unos cuantos kilómetros más entre determinadas casas, la elección de una universidad en lugar de otra … el accidente de que un tema se plantee o no en una primera reunión, cualquier de estas oportunidades podría habernos mantenido separados. Pero, para un cristiano, estrictamente hablando, no hay posibilidades. Un maestro de ceremonias secreto ha estado trabajando. Cristo, que dijo a los discípulos: «No me elegisteis a mí, sino que yo os elegí a vosotros», puede decir verdaderamente a todo grupo de amigos cristianos: «No os habéis elegido unos a otros, sino que yo os he elegido a vosotros». La amistad no es una recompensa por nuestro buen gusto y discernimiento para conocernos. Es el instrumento por el cual Dios nos revela a cada uno de nosotros las bellezas de los demás ”.

C. S. Lewis,

Los cuatro amores.