«Nombra un héroe que fuera feliz».
Yo considere. Heracles se volvió loco y mató a su familia; Teseo perdió a su esposa y padre; Los hijos y la nueva esposa de Jason fueron asesinados por su padre; Belerofonte mató a la quimera, pero quedó paralizado por la caída de la espalda de Pegaso.
«No puedes.» Ahora estaba sentado, inclinado hacia adelante.
«No puedo.»
«Lo sé. Nunca te dejan ser famoso Y feliz». Levantó una ceja. «Te dire un secreto.»
«Dime.» Me encantaba cuando estaba así.
«Voy a ser el primero». Tomó mi palma y la acercó a la suya. «Júralo.»
«¿Por qué yo?»
«Porque tú eres la razón. Júralo.»
«Lo juro», le dije, perdido en el color de sus mejillas, la llama en sus ojos.
«Lo juro», repitió.
Nos sentamos así un momento, con las manos tocándose. Él sonrió.
«Siento que podría comerme el mundo crudo».

Madeline Miller,

La canción de Aquiles.