“Soy el Terrible Trivium, demonio de tareas insignificantes y trabajos sin valor, ogro del esfuerzo inútil y monstruo de la costumbre”.
El Humbug dejó caer su aguja y miró con incredulidad mientras Milo y Tock comenzaban a retroceder lentamente.
—No intentes marcharte —ordenó con un movimiento amenazador del brazo—, porque hay mucho por hacer y todavía te quedan más de ochocientos años para conseguir el primer trabajo.
«¿Pero por qué solo hacer cosas sin importancia?» preguntó Milo, quien de repente recordó cuánto tiempo pasaba cada día haciéndolos.
«Piensa en todos los problemas que te ahorra», explicó el hombre, y su rostro parecía como si estuviera sonriendo con una sonrisa maligna, si es que pudiera sonreír. «Si solo haces los trabajos fáciles e inútiles, nunca tendrás que preocuparte por los importantes que son tan difíciles. Simplemente no tendrás tiempo. Porque siempre hay algo que hacer para evitar lo que realmente debes estar haciendo, y si no fuera por ese espantoso bastón mágico, nunca sabrías cuánto tiempo estás perdiendo «.

Norton Juster,

La cabina de peaje fantasma.