Una frase de Matthew Woodring Stover

“La oscuridad es generosa.
Su primer regalo es el ocultamiento: nuestros rostros verdaderos yacen en la oscuridad debajo de nuestra piel, nuestros corazones verdaderos permanecen ensombrecidos aún más profundamente. Pero el mayor ocultamiento no radica en proteger nuestras verdades secretas, sino en escondernos de las verdades de los demás.
La oscuridad nos protege de lo que no nos atrevemos a conocer.
Su segundo regalo es la ilusión reconfortante: la facilidad de los dulces sueños en el abrazo de la noche, la belleza que la imaginación aporta a lo que repele en la cruda luz del día. Pero la mayor de sus comodidades es la ilusión de que la oscuridad es temporal: que cada noche trae un nuevo día. Porque es el día que es temporal.
El día es la ilusión.
Su tercer regalo es la luz misma: como los días se definen por las noches que los dividen, como las estrellas se definen por el negro infinito a través del cual giran, la oscuridad abraza la luz y la saca del centro de sí mismo.
Con cada victoria de la luz, es la oscuridad la que gana.

La oscuridad es generosa y paciente.
Es la oscuridad que siembra la crueldad en justicia, que derrama desprecio en compasión, que envenena el amor con granos de duda.
La oscuridad puede ser paciente, porque la más mínima gota de lluvia hará que broten esas semillas.
La lluvia vendrá y las semillas brotarán, porque la oscuridad es la tierra en la que crecen, y son las nubes sobre ellas, y espera detrás de la estrella que las ilumina.
La paciencia de la oscuridad es infinita.
Eventualmente, incluso las estrellas se queman.

La oscuridad es generosa, es paciente y siempre gana.
Siempre gana porque está en todas partes.
Está en la leña que arde en tu hogar, y en la olla al fuego; está debajo de tu silla y debajo de tu mesa y debajo de las sábanas de tu cama. Camina bajo el sol del mediodía y la oscuridad te acompaña, pegada a las plantas de los pies.
La luz más brillante proyecta la sombra más oscura.

La oscuridad es generosa y paciente y siempre gana, pero en el corazón de su fuerza reside su debilidad: una sola vela es suficiente para detenerla.
El amor es más que una vela.
El amor puede encender las estrellas.»

Matthew Stover