“Parecía que incluso había habido manifestaciones para agradecer al Gran Hermano por aumentar la ración de chocolate a veinte gramos por semana. Y solo ayer […] se había anunciado que la ración se reduciría a veinte gramos por semana. ¿Era posible que pudieran tragar eso, después de solo veinticuatro horas? Sí, se lo tragaron. […] La cratura sin ojos de la otra mesa se la tragó fanáticamente. apasionadamente, con un deseo furioso de rastrear, denunciar y vaporizar a quien sugiera que la semana pasada la ración había sido de treinta gramos. Syme, también, de una forma más doblemente compleja, que implica un doble pensamiento, Syme, trágatelo. ¿Estaba, entonces, solo en posesión de un recuerdo?

Orwell George,

1984.